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Por EM Nutrición

Adicto al azúcar ¿yo?

Seguro que hay un patrón que se repite día a día dentro de tus hábitos alimenticios sin darte cuenta. Estás cansado, te entra antojo de algo dulce y vas en su busca, consiguiendo así energía y bienestar rápidamente. Más tarde, también es casi seguro que te arrepientes, pero ¿a que mañana repites el mismo proceso? Si es así, puede que tengas adicción al azúcar y que esta amenace tu salud. Te contamos cómo se genera, cómo detectar si la padeces y cómo puedes desengancharte de ella de una vez por todas.

Pero, ¿qué significa ser “adicto al azúcar”?. La Asociación Americana de Psiquiatría, enlistó una serie de marcadores claves para definir las adicciones los que incluyen un deseo inaguantable por consumir la sustancia, intoxicación (o un intenso placer, calma o subida de ánimo), intentos fallidos por detener el consumo del compuesto, además síntomas de tolerancia y retracción al no tener acceso a la droga; todos síntomas presentes en la dependencia al azúcar.

¿CÓMO SE PRODUCE LA ADICCIÓN AL AZÚCAR?

El azúcar actúa sobre los centros de recompensa en el cerebro que liberan un neurotransmisor llamado dopamina, que es el responsable de la sensación de placer. Además, desde un aspecto clínico, la adicción al azúcar es, en realidad, un sinónimo de ansia de carbohidratos, ya que con ellos se incrementa el porcentaje de triptófano en sangre, un aminoácido precursor de otro importante neurotransmisor: la serotonina, conocida generalmente como la hormona de la felicidad.

 

Una de las principales razones de las por qué azúcar es tan adictiva es porque sentimos que nunca es suficiente. Esto es porque el azúcar se absorbe por la sangre en forma de glucosa (incrementando nuestros niveles naturales), lo que a la vez libera insulina, enzima encargada de normalizar los niveles de glucosa.

Por eso, después de consumir azúcar, empiezas a sentirte mucho mejor, incluso tienes una pequeña sensación de euforia y el cuerpo se autorregula de forma natural. Sin embargo, este acaba acostumbrándose a ello y deja de producir estos dos neurotransmisores (la dopamina y la serotonina) por sí mismo. En este punto es donde ya se ha desarrollado la tolerancia al azúcar, por la que cada vez, para sentir ese efecto que hemos descrito al principio, se necesitará una mayor cantidad, en mayor o menor medida, cuando los niveles de glucosa vuelven a bajar en sangre: cansancio, irritación, nerviosismo o desconcentración son alguna de las consecuencias cuando no le das la cantidad que tu organismo (de forma creciente) requiere.
 

¿CÓMO DESENGANCHARSE DEL AZÚCAR?

  1. La primera recomendación es que reduzcas, paulatinamente, la cantidad de azúcar añadida a los alimentos para ir recuperando el sabor natural de los mismos y disminuir su consumo. Te dejamos algunos consejos para conseguirlo.
  2. Intenta consumir siempre productos frescos: frutas, verduras, legumbres, carne, pescado o frutos secos.
  3. Consume verduras en comida y cena, siendo estas la parte más abundante del plato.
  4. Reduce el consumo de cereales y, en su caso, elige siempre los integrales.
  5. Toma grasas buenas en cada comida, como pueden ser el aguacate, el aceite de oliva virgen extra, las semillas o los frutos secos. Además, son muy saciantes.
  6. Acompaña cada ingesta del día con algún producto rico en proteína para disminuir el nivel de glucemia de los alimentos. Por ejemplo, en vez de tomar solo fruta, acompáñala con frutos secos o un yogur.
Fuente: Futuro 360